Lograr cambio de conducta es posible para algunas personas, pero ¿cómo lo hacen? ¿qué las inspira a cambiar?
«La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un servidor fiel. Hemos creado una sociedad que honra al servidor y olvida el don.«
Albert Einstein
Cambiar significa modificar el equilibrio de nuestro medio interno de nuestra forma de vida y reconozcámoslo ¡somos cómodas! Es mejor vivir en la ilusión de: ¡qué cambie el otro!
El cambio propio, es lo más difícil desde el punto de vista biológico porque este equilibrio se controla de manera involuntaria e inconsciente desde el sistema nervioso simpático.
Cambiar es como ponerse en peligro, entrar en algo desconocido, con un nuevo funcionamiento que nunca se ha probado con anterioridad y por eso nos da mucho MIEDO, aunque no queramos reconocerlo y anhelemos un cambio de emociones negativas a positivas.
Hay numerosas herramientas terapéuticas para acompañarte a cambiar de conducta, como la descodificación biológica, en la reconciliación con la parte consciente e inconsciente del condicionamiento emocional, así como en la implementación de una solución adaptada que te permita la apertura a una nueva perspectiva.
«Las emociones son el nexo entre el cuerpo y el pensamiento.»
Candace Pert, autora de Les molécules de l’émotion
Candace Pert, durante una conferencia, le preguntó a un joven que había en la sala: «¿Cuántas personas son necesarias para cambiar un rollo de papel higiénico?». La pregunta resultó embarazosa para ese joven y el pobre respondió que no lo sabía, poniéndose como un tomate.
Este ejemplo muestra el estrecho lazo que existe entre el cuerpo, el pensamiento y la emoción manifestada.
Podemos hablar de una unidad cuerpo-emoción- pensamiento. O como nos gusta verlo en Descodificación Biológica: Cuerpo, cerebro y psique.
Candace Pert explicó también que el pensamiento no domina al cuerpo, sino que es nuestro propio cuerpo, nuestras células mismas las que están traduciendo la información del pensamiento en una realidad física.
Cuerpo y mente son una sola cosa.
En su precioso libro La solutionintérieure, Thierry Janssen presenta numerosas aproximaciones alternativas y complementarias de la medicina (Janssen, 2006). Algunas de ellas utilizan la mente para curar el cuerpo. Otras preguntan al cuerpo cómo curar la mente.
Finalmente, las aproximaciones energéticas pueden curar al mismo tiempo cuerpo y mente. Cada cual escogerá el método que más le conviene.
¿Cómo bajar el nivel de percepción del estrés y lograr un cambio de emociones?
Todo lo que permita disminuir el nivel de percepción de estrés ayudará al organismo a recuperar su equilibrio. Si la percepción del estrés se reduce a cero, la respuesta adaptativa a dicho estrés permanece por un tiempo, aunque ya no se sufran sus efectos.
Es como un circuito eléctrico que sigue presente cuando la luz se apaga. La respuesta acaba por desaparecer si ya no se la solicita (plasticidad cerebral).
El objetivo es encontrar un nuevo equilibrio cambiando la «imagen recibida», es decir, la forma de percibir el mundo exterior.
Si la imagen percibida es estresante, se activará el sistema nervioso simpático que nos pone en estado de alerta.
Para inducir un ajuste distinto al sistema nervioso, se debe modificar la imagen percibida por éste: una información percibida como «calmante» engendrará la activación del sistema nervioso parasimpático que induce al reposo y por ende a un cambio de conducta.
Un estudio realizado en grandes quemados ilustra esta posibilidad.
Grandes quemados sumergidos en un universo virtual
En el servicio de grandes quemados del hospital americano de Seattle, el neuropsicólogo Hunter Hoffman intentó experimentar un método antidolor basado en la inmersión virtual (Hoffman et al., 2000). Tuvo la genial idea de hacer ver a los grandes quemados una película que se desarrollaba en un mundo de hielo mientras los sometían a las curas.
Acabadas las curas, preguntó a un joven quemado de 17 años, afectado en cara y abdomen, cómo evaluaba el nivel de su dolor en una escala de 0 a 100. El adolescente puntuó con 38. Con los analgésicos solos, puntuaba entre 90 y 100.
Actividades tales como la meditación, la oración de silencio, el deporte, la relajación, el cine, ofrecen al cerebro una percepción serena del entorno.
Lo que permite disminuir el nivel de percepción del estrés es todo lo que procura placer, lo que induce a la liberación de endorfinas.
Además de la práctica de algún tipo de ejercicio físico, las endorfinas se liberan con la risa o los masajes relajantes.
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